jueves, 11 de septiembre de 2008

Pan rico, pan pobre

A los pocos meses de comenzar a estudiar japonés por cuenta propia (y darme cuenta del berenjenal en el que yo solito me había metido) empecé a interesarme por aquellas palabras que son fonéticamente muy similares en ambos idiomas, y jugar un poco con su semántica sin ninguna relación.
Curiosamente, hay muchas similitudes fonéticas con palabras políticamente poco correctas. Por ejemplo, algo que muchos ya saben es que los insultos más comunes en japonés son "baka" (馬鹿、ばか) y "ahō" (阿呆、あほう, la 'h' en japonés suena aspirada, casi jota). O que al muy ilustre Miguel de Cervantes Saavedra se le conoce como el coño de Lepanto (まんこ, manko). Por no hablar de que los brindis a la española les suenan un poco a pilila (ちんちん, chinchin).


En el que nunca había caido, y no carece de cierto ingenio, es el que me dió a conocer Yasu-kun, alguien a quien pude conocer allí y me ayudó muchísimo durante el tiempo que estuve. Y es el que sigue. Las empresas panificadoras más populares de España son "Bimbo" y "Panrico". Curiosamente el adjetivo "pobre" (no de lástima, sino de escasos medios económicos) en japonés se dice binbō (貧乏, びんぼう). Es decir, que la competencia más dura con el pan de molde en este nuestro país se da entre el "pan rico" y el "pan pobre".
Ignoro cuál de las dos empresas factura más, pero no deja de ser una coincidencia graciosa, ¿verdad?

miércoles, 10 de septiembre de 2008

La piedra coqueta

Durante el tiempo que estuve en Tokio pude ver a muchas estatuas vestidas. No estoy muy seguro de porqué las visten, pero no creo que sea por decoro. Tengo la intuición de que, como tienen la creencia de que en su interior reside un kami (espíritu sobrenatural), cuando los fenómenos metereológicos hacen acto de presencia es mejor que estén pertrechadas para que no cojan un resfriado. Sea como fuere, pasan de ser un mero elemento ornamental urbano a convertirse en un ciudadano más, que inspira el afecto, cuan menos curiosidad, del resto de los viandantes.
A escasos minutos de donde yo residí hay un pequeño parque pegado a una guardería. La entrada del parquecillo la preside una estatua de un niño pequeño, con un baby, sentado sobre un pedestal con motivos de criaturas marinas. Está sonriente, con la cara ligeramente inclinada en su eje vertical, como si estuviera viendo una función infantil. Aunque a algunas de mis compañeras les infundía un extraño pavor (cual Piqueras en sus años mozos), despertó mi simpatía desde el primer momento. Cada cierto tiempo los vecinos de la barriada le cambiaban la ropa, y siempre que tenía ocasión le sacaba una foto. Se convirtió en un pequeño amigo, del que me despedí debidamente cuando me tocó abandonar el país.



¿Cuál es la composición de vestuario que más os gusta? A mí me encanta el de la camiseta amarilla (el día que me despedí de él, parecía que se había puesto de gala para la ocasión, snif...)

martes, 2 de septiembre de 2008

Este año va a ser!

Ayer se me pasó ir a por él. Pero esta vez no. Llevo así como tres años diciendo "me presento, me presento", pero entre pitos y flautas no estudiaba lo suficiente como para tener la seguridad de aprobarlo. Este año va a ser que sí. Tengo bastantes esperanzas depositadas y tan pronto vuelva a estar plenamente instalado en los mandriles retomaré el estudio a fondo.

Un paseito por Serrano hasta la Embajada de Japón. Pasar por el arco (no señor fuerza bruta, que no quiero hacer pupa, voy a por unos papeles) y tener en mi poder el formulario, casi todo uno. Y de vuelta más feliz que Homer en mitad de una lluvia de chocolate.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Nezumi Sempai: "GIROPPON" 鼠先輩 六本木 ~GIROPPON~

Una noche de viernes tras una cena con los del departamento de Estudios Hispanoamericanos de la Universidad de Tokio, se nos alargó la habitual ingesta de espirituosos en un pub de Shimokitazawa (下北沢, interesante apuesta lúdica algo apartada del centro) y perdimos los trenes de vuelta a casa. Lo más normal en estos casos es ir a buscar otro bareto, o meterte en un karaoke-box (que no cierran). El remanente que éramos del grupo inicial nos decantamos por lo segundo.
Huelga mencionar que me lo paso como un enano en estos antros (en el buen sentido). Fueron varios los momentos estelares y el descubrir las habilidades vocálico-escénicas de algunos de nosotros. Pero pocos fueron tan buenos como el poder escuchar una de las canciones que se me han antojado más casposas, pero de magnética empatía. Repasar más tarde la letra me emocionó y fue imposible borrar su grotesco y repetitivo poppopó (sobre todo el final). Perded unos instantes en partiros el ojete.




El cantante de esta balada es Nezumi Sempai (鼠先輩, traducible como "senior ratón"), y según la Wikipedia nipona, antes de hacer poppós se dedicó a la interpretación y producción de películas de dos rombos. A ver si me hago con alguna, me pica... la curiosidad.

No os pondré la letra traducida, porque consensuar culturalmente es complicado, pero os adelanto que viene a mencionar la separación entre dos amantes en una estación de tren de las antiguas, de esas con máquinas de vapor. Parece romántico, pero la letra tiene unos toques un poco ridículos. No obstante, el final poppopó me parece un éxtasis. Ya sé que las connotaciones hispanas del vocablo son más escatológicas, me adelanto a comentarios de nadie (especialmente Chuso o el pelao, que nos conocemos algo).